Últimamente he estado pensando en mi vago y sin sentido dicho “¿Quién soy yo para negarle amor al mundo?” Debido a variadas opiniones al respecto, he estado analizando que tan bueno sería el dicho para aplicarlo a la vida, más allá de un hombre. La frase es simple y concreta, la he utilizado para burlarme de las diversas condiciones en la que me he encontrado y me la paso gritándole a mis compañeros que quién soy para negar amor… Claro, todos lo tomamos de una sola manera y no es precisamente a la que me voy a referir. Pero brindarle amor al mundo va más allá de un par de besos, copas y cuerpos rozándose, sin ánimo de tumbar mi propia filosofía y a manera bastante personal podría decir que le brindo un poquito de amor al mundo cada día, al mundo en general. Brindarle amor al mundo está en sonreír cuando es necesario, explotar de emoción cuando veo al sol brillar por la ventana, hacer reír a la gente (así sea con obscenidades, felicidad es felicidad). Brindar amor es ayudar a la persona
Desde el inicio de los tiempos, hasta estos tiempos con mucho que escribir.