El miedo me inundó… no sabía si era lo correcto o no… Estaba ahí paralizada, no sabía si llorar o reír. O qué hacer… conocía el proceso, había leído el procedimiento mil veces y cualquier tipo de información que me sirviera para enfrentarme con valentía a lo que me esperaba… pero no, la valentía repentinamente se había quedado en la puerta petrificada de miedo… Y yo seguía sin saber… “No, yo no puedo…” eso fue lo que pensé Y en ese momento me di cuenta de todo lo que se venía encima mío… pánico escénico “no, pues” pensé “lo que me faltaba”. Entonces lo decidí. El miedo y el pánico escénico pueden retirarse por la puerta de atrás… y entre dolor de espalda, abdomen y todo lo que me estaba doliendo; en medio de bisturís, anestesia que no servía y 10 mujeres en la sala animándome, te moviste, te empujaste y ahí te empuje yo, te ayudabas a salir y yo te ayudaba con la poca fuerza que me quedaba… y calientito, calientito te pusieron sobre mí. No podía creerlo, no lloré, por
Desde el inicio de los tiempos, hasta estos tiempos con mucho que escribir.