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Mostrando las entradas de octubre, 2008

Sólo una pesadilla

Como si no fuera suficiente ya, me sumerjo en esas noches donde la pasión es lo único que me queda luego de tanto polvo en la nariz, no hay nada más triste que adjudicarme a vicios inertes y cuerpos etéreos que me llevan lejos de lo que realmente quiero. Respirar cosas blancas se hace un estado innato en mí, no he logrado salir del circulo de estrellas, de cada noche derrocharme en placeres, entregarme eterna y completa como si la eternidad fuera una virtud en mí, si supieran aquellos que cada vez que amanece sólo quisiera despedirme nuevamente y tenderme a tocar la mano de los ángeles en rojo, que me traen más y más perdición. Bienvenidos al fabuloso mundo de las noches de Rock n’ Roll, donde lo que queda de cerebro se utiliza sólo para escuchar las notas efímeras y resonantes en los oídos, que apenas y pueden pasar corrientazos por las neuronas. Se hace exquisito el olor a tabaco y ganjah , todo evoluciona, las luces de colores, las pocas que quedan, se tornan diferentes y parpad...

Prefiero La Mentira

Yo quería que me dijera todas las estupideces que a las mujeres nos agrada escuchar, aunque no me gusta escucharlas de otra persona, quería escucharlas de él. Pero él sólo atinaba a mirarme y a dejarme con la ilusión por el piso. Por dentro esperaba que me dijera que me quería sólo a mí, que no podría vivir sin mí y que soy yo la única que lo hacía sonreír. Esperaba inútilmente una promesa de amor eterno, una frase de esas que haría sonrojar al mismo Neruda, pero no, él nunca lo diría. Maldita la hora en que se me salió, en pleno silencio post-sexual, un imponente “Te quiero”. Se quedó mirándome con cara de sorpresa y yo mirándolo con cara de bestia (¿qué otra cara podría tener luego de semejante bestialidad?). Ahí se vino el silencio incomodo, ese del que todo el mundo se queja, ese que hace sonrojar a cualquiera, ese del que ni el mas hablador se salva. -¿Por qué quieres que te mienta?- Me preguntó finalmente, aunque con esa pregunta, prefería el silencio. - No sé, a veces es bueno h...

La Teoría Física

Me pidió un cigarrillo y empezó a escupir todas las babosadas que dicen los hombres cuando en su pequeña imaginación pretenden cortejar al sexo opuesto. No era nada feo. Palabras más, palabras menos. Balbuceos de más, escupitajos menos, daba igual, seguían siendo babosadas. Te veo mal querido, te veo mal. No sabes yo que quiero, un porro caería bien para ver si de esa forma entiendo lo que tu pobre cabeza no ha podido organizar. Los nervios lo traicionaban. No sé cómo, pero resulte dándole mi teléfono, tal vez un escupitajo alcanzo a caerme. Esa noche mi celular sonó y resulte en un buen bar, con gente bien y él sentado frente a mí. No creía poder tolerarlo y menos besarlo en algún momento. La música estaba bien, las canciones de Pistolas y Rosas me llenaban los oídos, llegaba al lado oscuro de la luna y luego me encontraba con la dulce Jane. Ahora lo entendía, para él yo no era más que una niña diferente a la que podía cortejar, no más maquillajes ni rubios cabellos, ahí estaba yo con...