Una noche más en que el alcohol y la droga hacen su brillante aparición. Cuando yo menos los necesito los hilos de líquido recorren mi garganta y montañitas blancas me hacen sentir bien. Que inapropiado es que una señorita puestecita, con carita buena se lance a los vacíos de las noches de Rock and Roll. Mil imágenes se pasan por mi cabeza, todo corre rápidamente en mi interior, la noche se vuelve de neon, las lucecitas brillantes del cielo son insulsas al lado del relampagueante destello sobre mi cabeza. La gente se vuelve intermitente, todos son robots sonrientes, mascaras bacanales me asustan y termino en un rincón sedienta con un sabor amargo en la boca. Sonrío como un zombi, me convierto en ese ser nocturno que siempre he odiado, en ese ente sin sentimientos reales, sólo sentimientos llenos de químicos, son esos lo que me dilatan las pupilas. Y disfruto estar así, ya no me arrepiento, nada de lo que satura mi cabeza me genera cargos de conciencia. Solo recuerdo las imágenes recostada mientras escucho pajaritos cantarle a la mañana. ¿Qué en este mundo está bien?, ¿Cómo no irme al infierno? Si el purgatorio se encuentra en esos andenes grises, como las ojeras que este día me acompañan.
Escrito en septiembre del 2008
Escrito en septiembre del 2008
Comentarios