El miedo me inundó… no sabía si era lo correcto o no…
Estaba ahí paralizada, no sabía si llorar o reír. O qué hacer… conocía el proceso, había leído el procedimiento mil veces y cualquier tipo de información que me sirviera para enfrentarme con valentía a lo que me esperaba… pero no, la valentía repentinamente se había quedado en la puerta petrificada de miedo…
Y yo seguía sin saber… “No, yo no puedo…” eso fue lo que pensé
Y en ese momento me di cuenta de todo lo que se venía encima mío… pánico escénico “no, pues” pensé “lo que me faltaba”.
Entonces lo decidí.
El miedo y el pánico escénico pueden retirarse por la puerta de atrás… y entre dolor de espalda, abdomen y todo lo que me estaba doliendo; en medio de bisturís, anestesia que no servía y 10 mujeres en la sala animándome, te moviste, te empujaste y ahí te empuje yo, te ayudabas a salir y yo te ayudaba con la poca fuerza que me quedaba… y calientito, calientito te pusieron sobre mí.
No podía creerlo, no lloré, por qué hacerlo si me brindaste tu apoyo cuando con tu mano izquierda, la del corazón, me tomaste un dedo fuertemente, te impusiste como siempre lo haces…
Completito y rosadito, así quería verte…
Entonces lo entendí… El miedo es natural, es una reacción natural del ser humano. Me encontré en lo más difícil de la vida, pero supe que por tí y a partir de ese momento podría superar cualquier miedo, cualquier obstáculo… sólo por tí.
Que ahora somos un equipo, somos sólo nosotros y por eso nos damos fortaleza, tú me empujas y yo te empujo a tí.
No eres perfecto ni lo soy yo… pero eres lo que siempre soñé tener a mi lado, la fuerza que jamás imaginé tener.
Comentarios